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Unidad 3. La construcción del Estado y las perspectivas ciudadanas en México
Lección 3.1   Origen, cambios y permanencias del Estado nacional
B. Formas de gobierno, proyectos de nación y luchas por el poder. Parte 2 de 2

Al observar el video identifica cuáles de las características del Porfiriato fueron las causas de la Revolución Mexicana

Estado, Revolución mexicana y nacionalismo revolucionario

El derrocamiento de la dictadura de Porfirio Díaz, en 1911, marcó el paso a una nueva etapa en el proceso de conformación del Estado mexicano que halló en la Revolución mexicana de 1910 las condiciones para recuperar las instituciones liberales heredadas del siglo XIX, tales como la división de poderes, el sistema presidencial, el federalismo, el Estado laico y las garantías individuales (derechos humanos). No obstante, las contradicciones heredadas de la dictadura, las demandas de campesinos y obreros y el cauce mismo de la lucha llevaron a la incorporación de otros principios como el sufragio efectivo y la no reelección, vigente hasta nuestros días. Asimismo, dio paso a la incorporación de derechos  sociales como los reconocidos en los artículos 27 y 123 de la Constitución de 1917. Era el punto de partida de una nueva relación entre gobernados y gobernantes, así como la base para la legitimación de un nuevo proyecto de nación: el nacionalismo revolucionario.

Nacionalismo revolucionario

El proyecto del nacionalismo revolucionario fue encabezado por el grupo triunfante en la lucha armada de 1910 y por sus sucesores. Se encargaron de neutralizar a los grupos radicales y contrarrevolucionarios de los años veinte y treinta, así como al caudillismo revolucionario de los años veinte y a los grupos de oposición de las décadas siguientes.

Como grupo gobernante, legitimaron al Estado y sus acciones en nombre de la Revolución mexicana y la Constitución de 1917, concebida esta como la expresión de los ideales revolucionarios.

México y nacionalismo revolucionario

Explora, analiza y aprende

 

Al revisar las fuentes primarias y secundarias que tratan sobre las formas de gobierno, proyectos de nación y luchas por el poder en el siglo XX mexicano considera los siguientes aspectos:

  • Las aportaciones del nacionalismo revolucionario y el neoliberalismo al Estado mexicano en lo que toca a su estructura, organización y funciones del Estado.

  • Las instituciones, programas, proyectos y acciones del Estado mexicano en las cuales se proyectan el nacionalismo revolucionario y el neoliberalismo. 

  • Los hechos y grupos políticos en los que se muestran las luchas por el poder en el siglo XX, con énfasis en el papel de los partidos políticos.

  • El contexto histórico  del Estado mexicano del siglo XX. 

Estado y neoliberalismo

El Estado nacionalista revolucionario fue desplazado por el Estado neoliberal a inicios de los ochenta, en un contexto de condiciones diversas como la inconformidad por la represión contra los movimientos sociales que denunciaban el autoritarismo de Estado, como se mostró en 1968;  la falta de democracia sindical; el descenso del crecimiento logrado en el marco de la industrialización por sustitución de importaciones; la creciente deuda externa; las diferencias político-ideológicas al interior del sistema de partido en el poder acerca del rumbo económico y político que debía seguir el país; los efectos de la reforma electoral de 1977, además de las presiones externas contra el proteccionismo económico y el y intervencionismo de Estado en ese entonces, pues se le veía como un obstáculo para impulsar un modelo económico abierto, estable y de libre mercado, como se sostuvo en el Consenso de Washington.

 

De acuerdo con el neoliberalismo, el papel del Estado mexicano tenía que transformarse y dar prioridad al sector privado en el manejo de los recursos y los servicios, aun cuando se tratara de servicios como la educación, el agua potable o la electricidad. Debía ser un mero facilitador de los negocios del sector privado (estabilidad), un regulador ocasional de los excesos del mercado (programas de alivio de la pobreza y protección del medio ambiente) y un garante de la paz social (gobernanza).

Lo cierto es que el Estado en el contexto neoliberal abandonó los fundamentos del nacionalismo revolucionario al cambiar de modelo económico y reducir tanto el gasto social como la intervención estatal en los procesos productivos, en esa idea de “liberar” las supuestas barreras que impedían el despliegue de la economía y el mercado: el gigantismo del aparato estatal, el “desbordamiento” de la participación popular, el corporativismo y su vínculo con los sindicatos, así como el nacionalismo encubierto de proteccionismo y populismo, entre otras. Para justificar el cambio, se dijo que el adelgazamiento del Estado elevaría la capacidad de gestión del gobierno y su desempeño.

Por otro lado, y en lo que toca a las prácticas políticas que había utilizado el sistema de partido hegemónico, en tiempos del nacionalismo revolucionario, los cambios han sido menores, si tomamos en cuenta que finalmente continuaron las prácticas del corporativismo, el clientelismo, la contención del sindicalismo y de las movilizaciones independientes, los fraudes electorales, el arreglo con ciertos medios de información y el ataque a otros que se resisten a participar en ello, la concesión de privilegios a grupos con poder económico, la coacción y compra del voto, la corrupción, etc.

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